a)
Cuando viajamos
A veces
cuando viajamos no es fácil encontrar productos adecuados a nuestra dieta
energética. El desayuno es una comida especialmente difícil. Los desayunos
convencionales consisten normalmente en
bollería, lácteos, mermeladas, mueslis azucarados, embutidos y otros productos
similares.
Podemos
llevar con nosotros algunos alimentos que nos ayudarán a hacer mejor esta
importante comida y tratar de reponerlos si es posible a medida que se van
consumiendo.
Antes de
enumerar los alimentos es importante destacar lo útil que es llevar un calentador
de agua o kettle tamaño viaje con nosotros. Este pequeño aparato nos permitirá
tomar bebidas calientes en la habitación del hotel dónde nos alojemos.
Especialmente indicado para el desayuno y la cena. En el Reino Unido no es
necesario viajar con la kettle, ya que la mayoría de los hoteles disponen de
una en cada habitación.
Lo
interesante es llevar alimentos fáciles de transportar y de conservar, como
sopa de miso instantánea, bolsitas de te e infusiones, café de cereales, unas
cuantas ciruelas umeboshi, pan alemán, patés en envases pequeños, semillas y
frutos secos tostados, alga nori ya tostada, tortas de cereales, copos de
cereales, pasas y orejones. Todos estos alimentos cumplen las características
citadas anteriormente y pueden hacer un buen desayuno, un tentempié o una cena
ligera.
Cuando
reservemos hotel podemos tener en cuenta la posibilidad de que sea tipo
apartamento. De este modo podremos cocinar cereales para el desayuno y hacer
comidas sencillas aptas para los estándares energéticos.
b) Salir a comer o a cenar
Para poder
socializar sin que nuestra salud y nuestros estómagos se resientan hay que
pasar primero por una serie de experiencias que nos enseñarán a elegir mejor la
próxima vez.
Hay una
tendencia a elegir restaurantes vegetarianos con la idea de que en ellos será
más fácil poder comer algo que se adapte mejor a nuestra dieta. Sin embargo,
hay que decir que en la mayoría de ellos es difícil encontrar algún plato que
no contenga lácteos. Tampoco es fácil encontrar un menú contundente, con un
buen cereal y una buena proteína vegetal. La mayoría de los platos se basan en
verduras, cocinadas o crudas, y ensalada, la proteína suele venir de un lácteo
y el cereal, o es escaso, o brilla por su ausencia.
Hoy en día
se puede detectar un uso excesivo de especias, tipo india o mejicana, en
restaurantes vegetarianos. Muchas veces esto es evidente porque el restaurante
sirve comidas típicas de su país, pero muchas otras nos podemos ver sorprendidos
por el uso y abuso de especias foráneas en restaurantes locales.
Tras estas
advertencias hay que hablar de los sitios mas seguros:
los
restaurantes de Oriente medio tienen variedad de patés vegetales, cereales,
verduras y pescados cocinados de manera muy natural, sin abuso de especias.
En
restaurantes japoneses y orientales podemos encontrar sopa de miso, sushi,
arroces, etc., pero hay que tener en cuenta que utilizan con frecuencia
azúcares y aditivos para realzar el sabor de sus platos.
Los
restaurantes locales con comida de la zona siempre pueden ofrecer pescados,
verduras y otros productos equilibrados para nuestra dieta. Siempre habrá que
interrogar al camarero sobre algunos ingredientes para no llevarse una sorpresa
de última hora.
c) Llevar la comida al trabajo
En España no
existe una tradición como la anglosajona (packed lunch) o la japonesa (bento)
de llevar la comida al trabajo.
Cuando es
difícil conciliar nuestras comidas con los horarios de trabajo esta es una
buena opción, aún a riesgo de sentirse como un extraterrestre en medio de
compañeros que observan con curiosidad como abres una cajita y empiezas a comer
cosas “raras”.
Preparar un “packed
lunch” es más sencillo de lo que parece. Pondremos primero unas condiciones que
la “cajita” tenga que cumplir:
que se pueda
comer con la mano sin necesidad de partir nada ni de usar tenedor y que se
pueda comer a temperatura ambiente y con rapidez, en caso de necesidad. Y que
no sea bocadillo ni lleve pan, aunque esta es otra opción muy interesante que
se puede usar de vez en cuando.
Podemos
utilizar alimentos de la comida o de la cena que tengan estas características y
así no tener que cocinar extra.
Para cereal:
bolas de arroz enrolladas en alga nori con
ciruela umeboshi, bolitas de pan de mijo con arroz. Cualquier otro cereal que
nos haya sobrado (trigo sarraceno, quinoa con mijo) podemos envolverlo en nori
tostada y hacer un paquetito, así lo podremos comer fácilmente con la mano.
Para hoja
verde:
Flores de
brécol escaldas y luego pasadas por agua fría para cortar la cocción y así
conserven mejor las vitaminas. Tallos y ramas de apio escaldadas.
Para
verduras redondas y de raíz:
Batata,
calabaza, calabacín en rodajas asadas al horno. Zanahoria estofada cortada
método rodado.
Para
proteína:
Tofu o
tempeh ahumados, cortados en tiras, seitan frito cortado en tacos, caramelizado
con jugo concentrado de manzana.
Pickle:
Un puñado de
aceitunas negras o un pepinillo.